Con música se mezcla mejor

Bienvenidos a mi mundo, a mi vida; mis pasiones y aficiones; mis gustos y disgustos. La música y la cocteleria no sólo me apasionan, sino que ambos han forjado mi ser, mi carácter, me han enseñado a vivir con más alegría, ayudado a alejar las penas e incluso a solucionarlas, en definitiva han crecido junto a mí y espero con fervor que lo sigan haciendo por mucho tiempo. Si tuviera que elegir dos mundos que se fusionarán y complementarán mejor que estos, no acabaría nunca de buscar.

Me gustaría empezar con una opinión. Claro está, esta es totalmente subjetiva y personal. Es simplemente mi manera de afrontar la vida.

“TENGO LA SUERTE DE DISPONER DE UNA CANCIÓN PARA CADA MOMENTO Y DE UN COCTEL PARA CADA SITUACIÓN”.

Para mí es fácil, puesto que me acompañan cada día, pero…. ¿para ti lector? Si te paras a pensar en la frase anterior descubrirás que la música y la cocteleria también te han ofrecido momentos únicos e irrepetibles, experiencias que han estado contigo y que, seguro estoy, habrás disfrutado y aprendido de ellas.

Quién no ha disfrutado de una sangría en una plaza popular acompañado de música tradicional de su pueblo, desde el gaitero hasta la chirigota gaditana, o tal vez  has bebido hasta enloquecer, frenético junto a un amigo de toda la vida a ritmo de «So Payaso» de Extremoduro, o quizás seas algo más Indi y te decantes por «la mujer de verde » de IZAL.

Quién no ha disfrutado de un trago compartido, se me ocurre, algo suave, digestivo pero con presencia, un gran Pisco Sour con ese toque de angostura al son de alguna canción muy alegre, «Viva la vida » de Coldplay sería un gran ejemplo, o, por qué no, algo de jazz, blues en directo.

Desde el solitario al que le han roto el corazón, y bebe un rico Old Fashioned a ritmo de John Mayer  y su » Free Fallin» , o quizás algo más triste como una marcha fúnebre de Chopin, hasta aquel tipo duro del antiguo oeste, en la mano izquierda un shot de whisky americano casero de aquella época , elaborado en bañeras y destilado en todo aquel recipiente que aguantara el calor,  en la mano derecha su fiel amigo revolver, el corazón con ganas y la mente cargada de dudas y ansia por abrir fuego, tanto para beber como para mover el dedo del gatillo, y como es lógico música de bar, un buen ejemplo sería «The Entertainer» de Scott Joplin.

Desde la grandísima Madonna y su Cosmopolitan hasta la pareja de recién casados que beben una Piña Colada o alguna versión de un Mai Tai, cócteles frescos , largos y dulces, muy dulces , empalagosos como el amor que desprenden, típicos de las películas de los 90, finales en el que la imagen de los recién casados se aleja suavemente subiendo hacia el cielo a ritmo de un buen tango Argentino «Por una cabeza » de Carlos Gardel , también finales donde los protagonistas bailan en la pista como en la película COCKTAIL y su canción «When Will I Be Loved » de John Fogerty.

La Música y la Cocteleria necesitan de un aprendizaje duradero, largo, sacrificado, horas y horas para la creación de una sinfonía o de una composición para un coro, al igual que para una carta de cocteleria.

Ambos se crean a partir de ilusiones, pensamientos e ideas con una única finalidad: la creación de algo nuevo, que guste y conmueva.

El trompetista Arturo Sandoval que interpreta «My Way» de Fran Sinatra, el bartender que elabora un clásico «Negroni», ambos aparentemente fáciles, pero elaborados con tanto respeto, cuidado y admiración que de lo sencillo se crean verdaderas obras de artes dignas de un museo.

Tal es el punto de unión entre ambos mundo que, el músico o solista bebe para quitarse el miedo escénico, al igual, que el bartender  agita su coctelera mientras escucha el ruido de golpeo de los hielos, para asegurarse que su técnica es precisa.

Para acabar os propongo un viaje, un viaje por España y sus tradiciones. Ambas vidas, músico y bartender, unidas por «trabajo » o mejor dicho por «pasión». Comenzamos. Valencia con sus engalardonadas Fallas, llenas de charangas al son de «El caballo camina pa’ lante » y su «Agua de Valencia». Sevilla y su calurosa Feria de abril, farolillos, sevillanas y como no Rebujitos. Albacete y su Feria de Septiembre, música Manchega, pasodobles taurinos  y su versión del Mojito. Galicia y su Queimada con la finalidad de alejar a los malos espíritus, junto a su conjuro en forma de canto para pedir salud  por los nuestros.

En definitiva, mundos, vidas y viajes; imparables, insaciables; completos de momentos, ruidos en formas de carcajada, llantos en forma de salino, compuestos de pasión y profesionalidad, salados y dulces, amargos y secos, cítricos y especiados, con un único objetivo real, compartir su creación con el viandante!

Eduardo Martínez

AB Castilla La Mancha