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Josep Victori Llovera

Josep Victori Llovera nació en Sant Julià de Vilatorta y llegó a Barcelona a los 14 años donde empezó el oficio en una bodega. De su pueblo natal trajo hambre y ansias de prosperidad. Era un muchacho observador y diligente que despuntó por su buen hacer: tenía un don innato para mezclar, servir y atender al público.

El dueño del mítico Bar Marfil, que pasaba a diario ante la bodega donde trabajaba, se fijó en él y le hizo una oferta. Su escuela fue el Bar Marfil, un establecimiento exclusivo de los años cincuenta de Barcelona, dónde se forjó como barman de primera categoría de los más destacados de su generación.

Cuando el establecimiento cerró sus puertas, decidió abrir su propia coctelería en 1978 el “Victori Cocktail”, bar que rápidamente se hizo un puesto de honor entre las coctelerías barcelonesas. En él, Josep se consolidó como uno de los profesionales más creativos y destacados de su tiempo durante 17 años en los que atendió sin faltar un solo día.

El cierre del local en 1995 supuso una verdadera debacle en la ciudad. Arcadi Espada lo resumió en el título de su crónica de El País: «Cierra el Victori y el abatimiento se cierne sobre el mundo.»

En 2019 publicó Memorias de un barman de cabecera”. Historias de la Barcelona de posguerra contadas desde los bares.Ediciones Memoria-. En su tarjeta hizo poner «Barman de cabecera». Al fin y al cabo, ¿qué es un barman sino una variante de psiquiatra? En el desempeño de su oficio fue muy estimado por todos: prensa, jefes, ayudantes y clientes. Sus memorias, escritas por él mismo, quedarán como un único legado: son una crónica muy valiosa para descubrir los modos y costumbres de la posguerra en Barcelona. La ciudad vista desde los bares, con el detalle, el metodismo, la precisión y la meticulosidad, el olfato fino, el paladar privilegiado y los colores de los recuerdos de Victori. Al fin y al cabo, todas son características de peso cuando de preparar un coctel delicioso se trata.

¡¡¡Un brindis por ti!!!